Filos

Las páginas de “Filos” rezuman cierta desesperanza y oscuridad, y la idea del suicidio planea sobre la mayoría de los relatos, narrados sin nombres propios o localizaciones geográficas, lo que brinda al conjunto un cierto aire de ubicuidad. Todo ello recuerda a la tradición narrativa norteamericana, tanto de los clásicos como de los más recientes, como Paul Auster. Las metáforas y comparaciones son decididamente brillantes y la soledad de los protagonistas hace que se enfrenten al vacío de una existencia sin sentido y sin amor.

No estamos pues ante una colección de escenas inconexas sin principio ni fin, sino que cada unidad conserva su identidad, y busca, tanto la sorpresa, como la comprensión de un lector al que los protagonistas abren su corazón.