Miguel Ángel Marco (Valencia, 1996) cursó sus estudios en el Liceo Francés, allí recibió las primeras influencias que se ven reflejadas en sus escritos. El autor recuerda con nostalgia el día en que un profesor le presentó un poema de Arthur Rimbaud: «On n’est pas sérieux, quand on a dix-sept ans», aquellos versos libertinos despertaron su interés por la poesía, campo que se aventuró hace unos años, pero que por timidez, jamás sacó a la luz. Ahora, con su novela inaugural Verano sin amor de atardeceres se ha atrevido a volcar su esencia romántica, en una reivindicación del paroxismo y el autodescubrimiento a través de la experiencia, distanciándose de los pensamientos convencionalistas que rigen en la sociedad actual.