Pasan los años, se acumulan las publicaciones –Elogio de las letras, Diccionario Ideológico, Golpes de calor, Daguerrotipos, Primera Ola-,  pero lo esencial, el hecho cierto de seguir siendo uno de los autores menos leídos y menos reconocidos del panorama literario internacional, permanece inalterable. Por algo será. Pese a todo, no se siente incómodo y persevera en su infundado optimismo: «La experiencia me dice que será finalmente un soplo, una brisa muda, la que decida mi suerte».