Pese a que le hubiera gustado haber nacido en alguno de estos estrafalarios mundos de magia y color, César Gómez Lorenzo tuvo la suerte, o la desgracia, de nacer en Las Norias de Daza, donde pasó sus primeros años de vida. Más tarde, aún en su infancia, se mudó a Vera, a la casa Villagatillos, en la otra punta de la provincia de Almería, para continuar su niñez y adolescencia. En aquel pueblo costero pasó sus años más felices, rodeado de amigos inolvidables, gatos, y demás animales peludos.

Escribir siempre fue lo suyo, y lo solía demostrar, pero no fue hasta que pegó el culo a la silla cuando empezó a dar rienda suelta a sus novelas. En los meses que trabajó de socorrista y en los años que estudió gestión forestal y del medio natural, siempre intentó compaginar la escritura con su vida profesional, llegando a inspirarse de ésta para las ideas que plasma en sus escritos. Aún vaga por éste y otros mundos, y si tiene usted algún problema y se lo encuentra, quizá pueda contratarlo, pero es muy desaconsejable.